lunes, 15 de diciembre de 2014

SÍMBOLOS DE ESPAÑA. OTRAS PÁGINAS. LAS CASTAÑUELAS

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HISTORIA DE LAS CASTAÑUELAS.


Historia de las castañuelas
Las castañuelas son un instrumento de percusión con siglos de antigüedad; su o
rigen se remonta al año 1000 AC. a los fenicios, una cultura inminentemente comercial, que prosperó en los países de la cuenca del mediterráneo: Grecia, Turquía, Italia, España, etc. Sin embargo, a través de la historia, ha sido España el país que ha conservado y ha desarrollado su uso desde entonces, las castañuelas son parte del patrimonio cultural de España (se consideran el instrumento nacional del país). Así, las castañuelas se utilizan generalmente para dar color y un carácter español a la música.
Las castañuelas consisten en dos pedazos de madera especial que son en forma de platillo profundo, generalmente de castaño, aunque se han utilizado otras maderas y materiales en épocas más contemporáneas. Se perfora cada par para poner una cuerda ornamental, que se coloca alrededor del pulgar. Los tonos de los pares son distintos, generalmente; el más bajo se llama macho (varón) y el más alto hembra. El par que suena más alto normalmente se lleva en la mano derecha. Las conchas cuelgan hacia abajo y son manipuladas por los dedos. Cada instrumento está hecho a mano y conforme al tamaño de la mano de su usuario.
Este estilo español de tocar castañuelas se utiliza con poca frecuencia por una orquesta sinfónica, no sólo porque son difíciles de utilizar y dominar sino también porque hay solo cuatro concertistas profesionales de castañuelas en el mundo. Normalmente las orquestas utilizan dos conchas unidas a un palito que el maestro percusionista hace vibrar.
Las castañuelas se emplean generalmente en música (para dar ese carácter español) como en Carmen de Bizet, la Rapsodia España de Chabier, y el ballet El Cid de Massenet.
Wagner escribió para las castañuelas la música de Venusberg en Tannhauser (1861). También ayudan a establecer el ambiente de la escena en la Danza de los Siete Velos en Salomé de Richard Strauss. Britten las empleó en su “Hacemos una ópera”, donde imitan el grito de un pájaro en la noche. También utilizan con frecuencia para apoyar la estructura rítmica, como en el Tercer Concierto de piano de Prokofiev. Las castañuelas se consideran quizás el más sofisticado de los instrumentos de percusión.
Historia de las castañuelas 

Las castañuelas son un instrumento de percusión con siglos de antigüedad; su origen se remonta al año 1000 AC. a los fenicios, una cultura inminentemente comercial, que prosperó en los países de la cuenca del mediterráneo: Grecia, Turquía, Italia,  España, etc. Sin embargo, a través de la historia, ha sido España el país que ha conservado y ha desarrollado su uso desde entonces, las castañuelas son parte del patrimonio cultural de España (se consideran el instrumento nacional del país). Así, las castañuelas se utilizan generalmente para dar color y un carácter español a la música.

Las castañuelas consisten en dos pedazos de madera especial que son en forma de platillo profundo, generalmente  de castaño, aunque se han utilizado otras maderas y  materiales en épocas más contemporáneas. Se perfora cada par para poner una cuerda ornamental, que se coloca alrededor del pulgar. Los tonos de los pares son distintos, generalmente; el más bajo se llama macho (varón) y el  más alto hembra. El par que suena más alto normalmente se lleva en la mano derecha. Las conchas cuelgan hacia abajo y son manipuladas por los dedos. Cada instrumento está hecho a mano y conforme al tamaño de la mano de su usuario.

Este estilo español de tocar castañuelas  se utiliza con poca frecuencia por una orquesta sinfónica, no sólo porque son difíciles de utilizar y  dominar sino también porque hay solo  cuatro concertistas profesionales de castañuelas en el mundo. Normalmente las orquestas utilizan dos conchas unidas a un palito que el maestro percusionista hace vibrar. 

Las castañuelas se emplean generalmente en música (para dar ese carácter español) como en Carmen de Bizet,  la Rapsodia España de Chabier, y el ballet El Cid de Massenet.
Wagner escribió para las castañuelas  la música de Venusberg en Tannhauser (1861). También ayudan a establecer el ambiente de la escena en la Danza de los Siete Velos en Salomé de Richard Strauss.  Britten las empleó en su “Hacemos una ópera”, donde imitan el grito de un pájaro en la noche. También utilizan con frecuencia para apoyar la estructura rítmica, como en el Tercer Concierto de piano de Prokofiev.  Las castañuelas se consideran quizás el más sofisticado de los instrumentos de percusión.

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